A la mañana siguiente nos levantamos temprano y en una caravan-taxi nos fuimos hasta el puerto para tomar el ferry a Koh Phanang, una isla bastante más chica ubicada a cuarenta minutos navegando desde Samui. Ésta es muy notoria por organizar las Full Moon Party que se celebran dos veces por mes. La última había sido sólo dos o tres días atrás así que nos quedamos sin poder disfrutar del Apocalypsis Now. A mí particularmente no me dolió demasiado, durante esos días la isla suele estar súper congestionada de gente, demasiado turistas en otro tipo de onda. Vero se quedó con las ganas.
El ferry salió a las doce y media lleno de gente. Desde el puerto de Koh Phanang tomamos una canoa taxi hasta unos bungalows que habíamos elegido en una revista de turismo. Éste era más básico que el de Koh Samui pero bastante más barato, con WiFi incluido y un lounge muy bien puesto donde descansamos todas las tardes antes de salir para el centro. Un par de hamacas sumaron puntos.
Koh Phangan está bastante menos desarrollada que Samui pero gracias a la Full Moon Party cuenta con una gran cantidad de backpackers de todo el mundo, especialmente israelíes e ingleses, más toda la tribu fármaco Europea. La playita del bungalow no estaba tan buena como la del hotel en Samui, igual durante el día decidimos quedarnos lagarteando ahí, el agua era realmente verde tirando a turquesa y se estaba bien. Almorzamos siempre en un hotelito al lado del nuestro atendido por una Doña simpática que hacía unos platos con curry con los ojos vendados.
La primera noche salimos a recorrer la ciudad principal donde cenamos y compramos boludeces, sobre todo un regalo que Vero compró para Pablo que no lo quiero quemar hasta que se lo dé. Casi todos los pubs y bares tenían cuatro o cinco televisores donde pasaban Friends, Family Guy o la película de turno. Los hippies embobados miraban la tele bajoneando falafel o hamburguesas.
La última noche en Phangan nos quedamos cenando en el bungalow, el dueño había organizado un barbecue buffet por 25oBht por cabeza donde la verdad se comió muy bien y abundantemente. Había un grupo de irlandeses y otras parejas de por ahí.
A la mañana siguiente volvimos a la terminal del ferry pero esta vez para volver al continente y dar por concluido la travesía junto a mi hermana.
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