20.10.08

Chang Mai

El viaje desde Bangkok duró unas doce horas aproximadamente. La segunda clase nos proveía de una porción de coche cama para cada uno, éstas no estaban separadas en distintos compartimientos, era más bien como un gran vagón comunal donde todos nos estirábamos sobre improvisadas literas. Como viajamos de noche el viaje se hizo bastante rápido, la verdad que apoliyamos de puta madre.


Casi todas las personas que se cruzaron a lo largo del viaje coincidieron en que una visita a Chang Mai era un must en lo que es una completa ruta thai. Vero también le tenía muchas ganas, subirse a un elefante era una de sus prioridades antes de emprender su odisea al este. La ciudad es la más importante del norte de Tailandia y el centro por excelencia para organizar un trekking por las aldeas minoritarias de la región. Como se estarán dando cuenta, esta región no goza precisamente de un saludable anonimato. Como en prácticamente toda Tailandia, Chang Mai esta infestada con turistas de todo tipo. Esto puede llegar a ser muy frustrante.


La ciudad resulto más grande de lo esperado, mucho tiempo después nos enteramos que detrás de Bangkok, Chang Mai es la segunda ciudad en importancia del país. Una densa vegetación se escurre a su alrededor pintándolo todo de color verde. Un pequeño río amorronado divide la ciudad en sus dos principales zonas. Ninguna prevalecía sobre la otra, mercados, restoranes, bares, pubs y más mercados se repartían equitativamente la atención de los mil y un turistas.


A la una de la tarde hicimos pie en la polvorienta y semi-desértica estación. Desde ahí tomamos un tuk-tuk que nos llevó hasta un hostal donde negociamos pagar unos 200bht por la habitación twin. Dentro del hostal organizamos la excursión que teníamos pensado hacer por las colinas del norte. Ésta nos costó unos 1500bht per cápita e incluía prácticamente todo: los traslados, todas las comidas, el paseo con los elefantes y el bamboo rafting

A la mañana siguiente nos estaría buscando una camioneta, como todavía nos quedaba bastante luz aprovechamos para salir a recorrer la ciudad sabiendo que de todas maneras volveríamos a dormir una noche más después de la excursión. 







Nos metimos dentro de la ciudad antigua que se encontraba parcialmente amurallada. Visitamos algunos templos donde sacamos fotos a los budas y a un par de monjes que se dejaron retratar muy amablemente. Vero aprovechó para comprar un montón de boludeces para llevarse de vuelta a Buenos Aires. De noche cruzamos al otro lado de la ciudad donde recorrimos el Night Market. Ahí me tocó a mí comprar un montón de boludeces, cenamos muy rico en un restó local y caminando para bajar la zapán volvimos al hostal a dormir y salir la mañana siguiente muy temprano de excursión.

2 comments:

Anonymous said...

hola nano!! bienvenido tu blog otra vez! ya te estaba extrañando mucho!!
me encanta que se turnen para comprar boludeces,es la mejor manera de no pelear! jajaja!!
muy lindas las fotos y todo lo demás....
vamos "a" por más como dicen los españoles! jajaja!!
te extraño, cuidate
mill besos
mami

vero mariani said...

nada de boludeces nariz, REGALOS. jajaja! besooooooo