1.8.08

Un dia con los Nomades

Organizamos una excursion desde el hostel. Un argentino y dos franceses me acompanaron durante seis noches y siete dias. Partimos en una desvencijada camioneta sovietica verde metalico conducida por un mongol enorme con un corazon del mismo tamano, el tipo tenia una de las risas mas contagiosas que he escuchado en mi vida. Una interperte que contratamos desde el hostal tambien nos acompanaba, pero esta no nos fue muy util, no hablaba ni media palabra en ingles y los veinte dolares que pagamos cada uno por la semana entera fueron en vano.

Los seis tripulantes de la expedicion nos subimos a la camioneta y cargados de agua, pan y chocolates dejamos la polvorienta UB para sumergirnos en el corazon de un pais que goza con una virginidad utopica en estos tiempos tan conectados y globalizados.

La salida fue caotica y el calor que emanaba de la gran ciudad no lo hacia facil. La ruta pavimentada dejo de serlo tras unos pocos kilometros fuera. El camino irregular de tierra nos hacia saltar de un lado al otro. No fue agradable, pero no nos quedo otra que agarrarse fuerte y tomarselo con calma. El driver reia y silbaba mientras conducia el bolido con mucha muneca, tomando el camino que creia conveniente y evitando los pozos mas hostiles.



El paisaje estaba dominado por un incesante verde y unas pequenas colinas recortaban la llanura infinita, habitada por unas pocas tiendas GER y grupitos aislados de ovejas, yaks y caballos salvajes. Mongolia cuenta con un territorio comparable al de de Europa de Occidente, donde solo un millon de habitantes la habita. La regla general consiste en no encontrarse con gente durante cientos de kilometros.


Almorzamos en una pequena tienda construida en el medio de la nada. El unico plato disponible seria el que nos alimentaria durante el resto de nuestra estadia: cordero. En ese entonces no lo sabiamos y lo devoramos con voracidad.


Antes de que llegase el atardecer el driver paro el coche frente a un lago conocido como el Ogiy Lake, y a nuestro alrededor tres tiendas ger ocupaban timidamente la inmensa llanura. Saliendo desde una de estas tiendas una mujer con la cara llena de arrugas y mirada penetrante se acerco a nosotros. La interprete nos presento y nos indico que ella estaria a cargo de nosotros. Nos llevo a nuestro ger y haciendo senas nos indico a que hora estaria lista la cena. El interin aprovechamos para estirar las piernas, caminar por el campo y sacar unas fotos. El lago permanecia calmo y cristalino, y el silencio que nos rodeaba se cortaba solo por el relinche de un caballo o el cantar de un grillo.





El atardecer fue magico, el cielo nos regalo una docena de colores que pintaron un cuadro espectacular, para dejar paso a un cielo oscuro con una infinidad de radiantes estrellas.

La cena fue generosa en arroz y amarreta en cordero. Pero el driver nos invito con un trago de la bebida local: leche de caballo pimentada con un poco de vodka.
La noche acabo con todo y con una vela prendida dentro de nuestro ger nos acomodamos en nuestras camas de madera acolchadas con una fina goma espuma y una frazada de lana.

A la manana siguiente una de las hijas de la mujer nos levantaba con un termo de agua caliente y una canasta de pan casero.

2 comments:

Anonymous said...

jajaja!! con la guia... hay turros en todas partes!!
besos mami

Anonymous said...

Espero que la leche de caballo con vodka no la hayas tomado del pico.
jajajajajajajaja, eso es zoofilia.
Sos re groso
Saludos

NICO, GUADA, ANGIE y EDY