X'ian

Me despedi de Pingyao muy tarde a la noche y otra vez me sente en las butacas duras con la common people. El viaje esta vez fue bastante duro, habia muchisima gente en los vagones, hacia tanto frio que me tuve que tapar con la toalla humeda que saque de la mochila a la vista de todos los curiosos que se amontonaron a ver que tenia dentro, y el viaje en si fue bastante largo, casi doce horas, que si bien ya no me parece mucho, para mi seria algo asi como viajar hasta Mar del Plata, sentado sobre una butaca de piedra no es muy agradable. Llegue pasadas las dos de la tarde del dia siguiente y por suerte el chofer del hostal me estaba esperando para llevarme. Directo a la ducha y a dormir una merecida siesta.

Me junte con Chen, el loco que conoci en el Transiberiano, para almorzar juntos por el barrio arabe. Me llevo a probar unas delicatessen donde hicimos la gran Espanola: tapeando de un localcito a otro. El barrio arabe forma una de las atracciones mas importantes de X'ian con sus miles de tiendas coloridas puestas de la misma manera que en las Medinas del Norte de Africa. Ahi aproveche para comprar un par de remeras y una mochila North Face por solo cuatro euros. Un poco mas tarde llego la novia de Chen y empezamos a recorrer un poco mas la ciudad.

Me llevaron por todo el centro historico donde visitamos un par de pagodas muy importantes donde tuvimos la suerte de ver un evento musical tipico de la zona. Tambien caminamos por unos hutongs a lo Beijing, y un barrio de artistas donde vendian lienzos y donde tambien visitamos un museo espectacular sobre antiguos grabados chinos. Por esa zona me quisieron afanar un par de veces la billetera, la gran pickpocket pero por suerte los frene siempre cuando estuvieron a punto de sacarmela. Es la primera vez que me pasa algo asi y me sorprendio mucho que haya sido aca en China, un pais inmensamente mas seguro que cualquier otra gran metropolis de occidente.

A la noche cenamos en la calle y morfamos como bestias, todo muy barato pero fue Chen el que invito la cena, me dijo que era su invitado y no me dio chance alguna de poner algo de la cuenta. Rematamos la noche viendo un festival de fuentes de agua que se celebra cada noche sobre el White Goose Pagoda, uno de los landmarks de la ciudad y a veinte minutos en bus del centro. Me despedi de los chicos en un taxi que compartimos ya que los tres ibamos para el mismo lado, esta vez no deje que pagaran ellos.

A la manana siguiente me levante temprano con todas las expectativas para ir a ver los Ejercitos de Terracota. Antes de salir pase por la oficina que emite los pasajes de tren para comprar el expreso a Chengdu. Me subi al bondi 306 y una hora despues ya estaba en las afueras del complejo. La visita decepcionante no me tomo mas de una hora, realmente esperaba enfrentarme a un ejercito de nueve mil cabezas amenazantes mirandome con cara de perros pero solo me encontre con un centenar de ellos, mutilados por el paso del tiempo y cojos por la poca lucidez del curador del museo. Raudamente volvi a la ciudad, mi habitat, donde me muevo con gran facilidad.

Despues de la visita volvi al hostel para pagar la segunda noche y descansar un poco los pies. Despues sali a recorrer por la ciudad, revisitando un poco los lugares donde habia estado un dia antes con mis hosts. El giro lo disfrute mucho, habre caminado unas seis horas parando en el medio para probar cosas nuevas cuando tenia hambre o descansar bajo la sombra de un arbol. En el medio me saque un monton de fotos con algunas familias numerosas que se acercaban timidamente para pedirme permiso. Es de locos!!.

A la manana siguiente me levante tarde, llovia a cantaros y me quede mirando un poco los Juegos en la tv del hostal. Almorce afuera y me traje las sobras en un doggy bag para llevarmelas al tren que partia esa misma tarde con direccion a Chengdu.