16.9.08

Saigon

Vole muy temprano desde la bizarra Macau y a las dos de la tarde ya estabamos aterrizando en el moderno aeropuerto de Saigon. Mientras esperaba que salga la mochila conoci a un frances con el que recorri la ciudad y los tuneles de Cu Chi durante tres dias.


Para llegar al hostal nos tomamos una moto taxi cada uno, con la mochila encima y un casco que no pude atar atravesamos a gran velocidad las calles saigonesas. Viajar en moto por esta ciudad es una actividad que no podes dejar de hacer por la adrenalina que implica subirte por detras de estos endemoniados conductores. La gente en Saigon se mueve en moto, van de a dos, tres y hasta cuatro personas arriba, y como las bicis en Amsterdam aqui las motos se reproducen como una terrible enfermedad. Pero esta bueno y son mas baratas que los taxis.



Después del impresionante mes que pasé por China no sabía que esperar de Vietnam, honestamente Saigón era una ciudad que no me llamara mucho la atención. No sé si es porque le estuve poniendo mucho huevo a este giro, o si es algo inevitable, pero Saigón me enamoró completamente una vez que crucé ese río amarronado que divide los distritos de la ciudad en dos partes. Lejos del centro caminé por sus callecitas angostas habitadas por la gente más sonriente que me he topado desde que empecé este viaje. Éste tipo de cosas son las que me recuerdan todos los días la suerte que tengo de poder hacer este viaje. No esperar nada a cambio bordea lo frívolo, quizás no sea una frase afortunada. Pero uno se lo plantea desde la más espontánea curiosidad. No dejas de sentirte el tipo más afortunado del mundo, estando en la carretera siempre logré acercarme al concepto que uno tiene de la felicidad.

Casi todo el mundo me paro para que les saque fotos, los mas chicos seguian mi andar en fila india y los mas viejos posaban arrugados para mi lente. En su gran mayoria las casas eran de chapa y muy coloridas, estilo Caminito porteno. La gente vive en la calle 24/7: comerciando frente a sus portones, cocinando en trailers ambulantes cada uno serviendo un solo plato de arroz y pollo o sopa de noodles, jugando a las cartas o durmiendo a la sombra de un arbol. Caminamos con el frances por esta zona durante toda la tarde y despues almorzamos rico y barato en una pequena taverna cerca de la cuadra del hostal.

Vietnam es muchisimo mas barato que China, sobre todo para comer y trasladarse. Pero si queres dormir en un buen lugar con a/c es un poco mas caro. Por una muy buena habitacion compartida que pagabas uno o dos euros en China aca cuesta cinco o seis. Pero luego lo amortizas comiendo grandes platos de arroz o noodles por euro y medio en vez de tres o cuatro en China. El viaje en bus hasta Nha Trang me costo solo siete dolares, casi siete horas de viaje. Un viaje en la ciudad de diez o quince minutos arriba de las motos solo veinticinco centavos de euro.


Saigon me sorprendio con una gran seleccion de libros fotocopiados, tapa dura a color, y de muy buena literatura por solo dos euros. Libros de Hunter S. Thompson, Graham Greene, J.D. Salinger y Kerouac se consiguen facilmente. Las Lonely Planet ultima edicion mas gordas cuestan cuatro o cinco euros, dependiendo de tu habilidad para regatear. Los Vietnamies son durisimos con el regateo, muy dificil de quebrarlos. Las remeras, gorras, banderas y postales x 10 salen por menos de dos euros, y en la cuadra del hostal abundan las imitaciones de los grandes artistas pintadas a mano por menos de ochenta euros. Una jarra de litro y medio de cerveza tirada en un puestito callejero tipico con las mesas y sillas de plastico mirando hacia las calles solo cincuenta centavos. La buena vida, encima compartis las mesas con vietnamies muy curiosos con muchas ganas de practicar su ingles. No queda mucha gente que hable frances, cuando Vietnam, Laos y Camboya formaban parte de la colonia francesa de Indochina.
Desde el hostal organizamos una salida por los tuneles de Cu Chi, a una hora y media de Saigon. En estos tuneles las guerrillas de campesinos del lado del Vietcong se escondian antes los ataques yanquis. Cavaron tuneles por mas de treinta metros y armaron una red de habitaciones, cocinas y hospitales improvisados muy angostos para el promedio del soldado americano. Los que lograban meterse por esos tuneles eran recibidos por trampas mortales a base de canas de bambu y las ocasionales bombas de humo que sofocaban a los “marines” en los ya muy claustrofobicos tuneles.


Tuvimos la posibilidad de meternos en uno, modificados para que podamos entrar, y en solo diez segundos de andar arrastrandome por ahi bajo el calor y la humedad insoportable ya no queria saber nada mas. Es horrible la sensacion, y pensar que para los vietcongs que se escondian era una cuestion de vida o muerte y tenian que pasar horas e incluso dias ahi metidos estirando el cuerpo lo mas cerca posible del suelo para conseguir la mayor cantidad de oxigeno posible. Los americanos nunca llegaron a doblegar estos tuneles que fueron parte fundamental para la conquista comunista.


Saigon fue una de las ciudades donde me encontre mas a gusto en lo que va del viaje. La comida en los puestos callejeros es excelente como la birra en los improvisados pubs sobre las veredas. A la noche generalmente armabamos un grupo de seis o siete personas del hostal y nos pasabamos toda la noche tomando cerveza tirada y comiendo manies. Cada uno siempre a cargo de una ronda y en Saigon a nadie le importaba cuando le tocaba. Siendo una ciudad del sur, es la mas american friendly, tengo entendido que en Hanoi no son muy bien recibidos. Pero yo lo dudo, los vietnamies hacen todo lo posible para que la gente se lleve un buen recuerdo de su pais.

1 comment:

Anonymous said...

Què bueno! estàbamos tan ansiosos ya, esperandote! Andy, este trabajo tuyo...VALE ORO!
Felicitaciones! un abrazo enorme, Su!